LONDRES 2016
Inicio de expedición. Por fin llega el esperado viaje a Londres. Con puntualidad escrupulosa, a las 4:30 de la madrugada iniciamos el breve recorrido al aeropuerto, y aunque el madrugón es considerable, los chicos se sienten entusiasmados por llegar a la capital inglesa. Todo se da perfectamente: el vuelo sale puntual y llegamos a la hora prevista a Gatwick. Londres nos da la bienvenida con un día soleado y agradable.
Covent Garden, antiguo mercado de abastos, nos espera con sus variopintos comercios, y sus peculiares artistas callejeros amenizan el paseo de este lugar tan emblemático.
La ubicación del hostal es ideal para familiarizarse enseguida con el entorno y con la extraña circulación vial, sobre todo de los velocípedos, las bicis, que tienen su propio carril y son notablemente respetadas.
Tras patear todo la tarde por la zona volvemos al hostal a recuperar fuerzas y poder así abordar la mejor parte del día: el paseo nocturno a Piccadilly Circus, China Town, Trocadero…
para volver prácticamente a rastras después de casi 24 horas en pie.
Después de una noche muy tranquila y descansada nos despertamos para iniciar un nuevo día, esta vez, como no podía de ser de otra manera, encapotado y gris. Nos encaminamos al «underground» por primera vez. Nuestro nuevo destino: presenciar el impresionante cambio de guardia en Buckingham Palace, viendo esos soldaditos de plomo tan bien uniformados marcando el paso a ritmo de la ecléctica música que interpretan, hoy en concreto un aria de la ópera Las Bodas de Fígaro, de Mozart.
Terminado el espectáculo los chicos se dirigen al London Eye pasando por los distintos lugares significativos de la zona: Parliament, St. James Park, Westminster Abbey, Parliament Bridge y por supuesto el Big Ben, donde el tiempo nos dio alguna tregua entre nubes y claros. Al otro lado del Thames River nos reunimos de nuevo en las taquillas del London Eye para contemplar las bellas panorámicas de la ciudad desde lo alto de la imponente noria.
Nos dirigimos al túnel de Lambeth (grafiti zone), único lugar de la ciudad donde se permite practicar este tipo de arte urbano y que los chicos se quedaron con ganas de probar…
Paseamos por Trafalgar Square y libremente el grupo se mueve por la zona para volver todos juntos a cenar al hostal, y descansar para el día siguiente.
Amanece un nuevo día con esa tonalidad grisácea a la que nos va acostumbrando la ciudad.
Después de un copioso desayuno nos dirigimos a la estación de St. Pancras, para cruzar como Harry Potter por la Platform 9 3/4.
Seguimos paseando por Londres un día más y llegamos hasta Camden, uno de los lugares de visita obligada. Aquí la lluvia sí quiso recordarnos dónde estamos y, aunque con poca intensidad, no dejó de acompañarnos durante toda la mañana. Después de algunas compras, los chicos pudieron disfrutar de un rato de descanso en una discoteca dentro del mismo Camden Town, con karaoke, baile, futbolín y unos magníficos sofás donde recargar pilas.
El colofón para este irrepetible día no pudo ser mejor. El musical IN THE HEIGHTS no nos dejó indiferentes y supuso un broche de oro. La historia de una familia de emigrantes hispanos en Nueva York, ágil y divertida, nos conmovió y nos hizo reflexionar sobre lo duro que resulta a veces salir adelante y ganarse la vida holgadamente y con dignidad. Los chicos se van a la cama con buen sabor de boca y cansados de un intenso día.
Llegamos al ecuador de nuestro viaje y un montón de cosas planeadas para este nuevo día. Con un corto trayecto en metro y un paseo por Tower Bridge, nos situamos en el London Bridge. Un marco incomparable para inmortalizar este viaje con algunas de las instantáneas más típicas con el puente de fondo. Después llega el momento de las emociones fuertes en THE LONDON BRIDGE EXPERIENCE. Allí nos ilustraron acerca de la historia de esta parte de la ciudad, en un ambiente de terror y misterio no apto para cardiacos, con historias inquietantes y macabras, y oscuras leyendas acontecidas en la época de Willian Wallace.
A la salida nos relajamos y disfrutamos de un sinfín de sabores distintos en el Borough Market, un mercado lleno de puestos de comida donde nos ofrecen probar distintas delicias tanto autóctonas como internacionales. Colores y sabores se mezclan en este peculiar mercado inglés, escenario de la divertida película El diario de Bridget Jones.
Paseando por la ribera del Thames River vamos encontrando lugares como la Tate Modern y The Globe, que celebra el cuarto centenario de Shakespeare.
El momento cultural del día lo protagonizó el British Museum. Allí nos esperaban las muestras más impresionantes de la cultura egipcia, mesopotámica, griega, romana… Un sinfín de obras por descubrir, cargadas con miles de años de historia a sus espaldas. En este abrumador espacio lleno de historia, uno de los museos más importantes del mundo, todos se hicieron la foto de rigor con la Rosetta Stone, para dejar constancia de su paso.
Y para terminar el día, un paseo por Oxford Street y alrededores.
¡¡¡Arriba!!! Arranca un nuevo día y el cansancio va haciendo mella en todo el grupo. Algunos ya comienzan a perder el oído cuando suena el despertador, y hay que despegarles con espátula de la cama.
Una vez preparados los grupos comienza nuestro penúltimo día: los más futboleros se acercan a visitar el estadio del Arsenal, los amantes de la literatura se interesan por el museo de Sherlock Holmes, 221b Baker Street o el Natural Science Museum. También están los que se acercan a visitar la estatua de Peter Pan para recuperar el niño que llevan dentro. Y todos, antes o después, visitan Portobello Market y las coloridas casitas de Notting Hill, escenario de la película que lleva el mismo título; los grandes almacenes Harrods, el paso de cebra del famoso álbum Abbey Road de los Beatles, y pasean por Hyde Park como «auténticos» ciudadanos londinenses.
Siempre en compañía de un profesor responsable de los chicos que les acompaña en el itinerario elegido por ellos mismos.
Ya empezamos a contar las horas que nos quedan por disfrutar de esta maravillosa ciudad tan multicultural después de una memorable «velada» nocturna.
Tras descansar un «ratito» afrontamos un nuevo día con la energía bajo mínimos. Nos desplazamos «lentamente» hacia la zona de Covent Garden para realizar las compras de última hora y dar el último paseo por la ciudad. Recogemos las maletas cargadas de recuerdos y puntualmente nos dirigimos al aeropuerto de Gatwick, donde cogemos un avión que nos devuelve sanos y salvos a casa, con el cuerpo cansado pero el semblante lleno de luz y alegría por la experiencia vivida.
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